Todo está bien al salir de las manos del autor de las cosas: todo degenera entre las manos de hombre. Fuerza a una tierra a nutrir las producciones de otra; a un arbol a llevar los frutos de otro. Mezcla y confunde los climas, los elementos, las estaciones. Mutila a su perro, a su caballo, a su esclavo. Transforma todo, desfigura todo: ama la deformidad, los monstruos; no quiere nada tal como lo ha hecho la naturaleza, ni siquiera al hombre: necesita domarlo para él, como a un caballo de picadero; necesita deformarlo a su gusto como a un árbol de su jardín.
Así comienza esta novela filosófica de Jean-Jacques Rousseau, publicada en 1762. En ella traza la educación ideal de un discípulo imaginario, Emilio, desde su nacimiento hasta la edad adulta. El principio fundamental de esta educación se basa en seguir hasta las últimas consecuencias el dictado de la naturaleza. A Emilio no se le enseñará a leer hasta que él mismo experimente la sed del conocimiento, mientras que su instrucción literaria será restringida deliberadamente.
La filosofía educativa de Rousseau, en lo que se refiere a la religión, es también radical. Aboga por retrasar la instrucción religiosa del niño para evitar el adoctrinamiento y las ideas equivocadas sobre Dios. Emilio, así pues, no recibe enseñanza según una determinada doctrina, pero irá adquiriendo la razón y el conocimiento suficientes para poder decidir por sí mismo.
La primera adolescencia es una época en la que se hace necesari aprender por experiéncia más que mediante el estudio académico. Vemos, pues, a Emilio planteando y respondiendo sus propias preguntas, basadas en sus observaciones de la naturaleza.
En el quinto y último libro de la obra, Rosseau centra su atención en la educación de Sofia, la "mujer ideal" y futura esposa de Emilio, y se muestra contrario a que las niñas y jóvenes reciban una educación seria, partiendo de la idea de que los hombres y la mujeres possen diferentes atributos y por tanto su educación ha de ser totalmente diferente.
La novela concluye con la boda de Emilio y Sofia, quienes se proponen compartir su vida en el campo.
Valoración personal: Hace casi doscientos cincuenta años de la publicación de Emilio y algunas de las ideas que plantea Rousseau en el libro pueden considerarse vigentes, pero otras están superadas como el papel diferente que atribuye a hombres y mujeres en función del sexo lo que justifica la diferencia en la educación. Por otra parte, Emilio, no es una obra fácil de leer, al contrario: aparte de su gran extensión, es densa en su contenido y llega a hacerse pesada. No obstante, junto con El contrato social, es una de las más importantes obras de uno de los máximos exponentes del pensamiento ilustrado francés del siglo XVIII.
dilluns, 30 de març del 2009
dimarts, 24 de març del 2009
(246) EL CALLEJÓN DE LOS MILAGROS de NAGUIB MAHFUZ (1911-2006). Ediciones Martínez Roca. 309 páginas
El callejón de los milagros, escrita originalmente en árabe y publicada en 1947, nos describe el microcosmos de un minúsculo callejón (el callejón de Midaq) en El Cairo durante la Segunda Guerra Mundial. Toda la acción transcurre casi completamente en dicho callejón y algunos pasajes en las calles adyacentes.
Mahfuz retrata en El callejón de los milagros una sociedad cerrada, frustrada y llena de deseos imposibles a través de una galería de personajes inolvidables: Hamida, una joven que ambiciona casarse con un rico comerciante que la rescate de su mísera existencia. El modesto barbero Abbas estaría dispuesto a todo por ella, pero por mucho que la corteja no consigue conquistar su codicia. A Kirsha, el dueño del café del barrio, su inclinación por los muchachos le lleva a tal punto que ya no le importan los escándalos que provoca su lujuria, y la viuda Afifi, madura y sola, se reune con una casamentera en busca de un joven que caliente su cama por las noches.
El callejón de los milagros es una representación atemporal del conflicto entre la tradición y la modernidad, entre el pasado y el presente: Los personajes maduros prefieren permanecer aislados en su mísero barrio, manteniendo una apariencia de normalidad y una falsa atmósfera del pasado, en lugar de adaptarse a los tiempos cambiantes. Por su parte, los jóvenes sueñan con aventuras, riquezas y placeres y sobre todo con salir del barrio.
Naguib Mahfuz nació en El Cairo. Desde su primera novela publicada en 1939, ha escrito más de sesenta obras que abarcan desde la novela histórica hasta la de tono más existencialista, pasando por una época de marcada intención realista o social. Algunas de ellas como El callejón de los milagros (1947), Principio y fin (1951) o Epopeya de los miserables (1977), lo han consagrado como uno de los mejores escritores árabes de todos los tiempos. En 1988 recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo el primer autor en lengua árabe que ha recibido esta distinción.
Valoración personal: Una buena novela, amena y fácil de leer.
Mahfuz retrata en El callejón de los milagros una sociedad cerrada, frustrada y llena de deseos imposibles a través de una galería de personajes inolvidables: Hamida, una joven que ambiciona casarse con un rico comerciante que la rescate de su mísera existencia. El modesto barbero Abbas estaría dispuesto a todo por ella, pero por mucho que la corteja no consigue conquistar su codicia. A Kirsha, el dueño del café del barrio, su inclinación por los muchachos le lleva a tal punto que ya no le importan los escándalos que provoca su lujuria, y la viuda Afifi, madura y sola, se reune con una casamentera en busca de un joven que caliente su cama por las noches.
El callejón de los milagros es una representación atemporal del conflicto entre la tradición y la modernidad, entre el pasado y el presente: Los personajes maduros prefieren permanecer aislados en su mísero barrio, manteniendo una apariencia de normalidad y una falsa atmósfera del pasado, en lugar de adaptarse a los tiempos cambiantes. Por su parte, los jóvenes sueñan con aventuras, riquezas y placeres y sobre todo con salir del barrio.
Naguib Mahfuz nació en El Cairo. Desde su primera novela publicada en 1939, ha escrito más de sesenta obras que abarcan desde la novela histórica hasta la de tono más existencialista, pasando por una época de marcada intención realista o social. Algunas de ellas como El callejón de los milagros (1947), Principio y fin (1951) o Epopeya de los miserables (1977), lo han consagrado como uno de los mejores escritores árabes de todos los tiempos. En 1988 recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo el primer autor en lengua árabe que ha recibido esta distinción.
Valoración personal: Una buena novela, amena y fácil de leer.
dilluns, 2 de març del 2009
(245) POESÍA COMPLETA de MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942). Austral. 370 pàgines
Hijo de un tratante de cabras, Miguel Hernández, nacido en Orihuela, tuvo que abandonar el colegio cuando apenas sabía leer, para dedicarse al pastoreo, pero en su escasa formación ya había adquirido el gusto por la lectura y la afición a los clásicos y la poesía (sobre todo Góngora, Garcilaso y Juan Ramón Jiménez).
Su actividad como pastor no limitó sus inclinaciones literarias, sino al contrario, pues de su contacto con la naturaleza extrajo una fuente inagotable de experiencias, de léxico y de iconografía, que alimentó la sensualidad y originalidad de sus versos.
A finales de 1931 se trasladó a Madrid y entró en contacto con la vida literaria del momento. Regresó a Orihuela y conoció a Josefina Manresa, su futura mujer.
En 1934 vuelve a Madrid y trabaja con José María de Cossío en la obra Los Toros editada por Espasa Calpe. Traba amistad con Neruda, Alberti, Cernuda y Aleixandre.
En 1935, tras la muerte de su amigo Ramón Sijé, abandona su catolicismo y abraza la causa republicana. Colabora en las Misiones pedagógicas, toma parte activa en la guerra civil y fue nombrado comisario de Cultura.
Terminada la guerra fue arrestado y condenado a muerte. Se le conmutó la pena de muerte por 30 años de prisión, pero murió de tuberculosis en la cárcel de Alicante en 1942.
En su poesía se mezclan los rasgos campesinos con influencias garcilasistas y gongorinas.
Su obra cruza cuatro etapas bien diferenciadas: tras sus primeras composiciones gongorinas y puristas (Perito en lunas), Miguel Hernández avanza hacia la poesía impura, abierta por Neruda y los poetas del 27, para dar expresión al amor y a la crisis vital que lo acompaña (El rayo que no cesa).
A comienzos de la guerra civil, su esperanza en la lucha desplaza su poesía hacia un lenguaje llano, que hunde sus raíces en la canción popular y la lírica tradicional (Viento del pueblo y El hombre acecha).
Pero sus anhelos fracasan y el cansancio asoma en versos amplios y caudalosos en los que alcanza su expresión más madura e íntima, espantado por el espectáculo bélico, herido por la muerte de su hijo y la forzada lejanía de la amada (Cancionero y romancero de ausencias).
Valoración personal: Obra imprescindible para los que les guste la poesía hernandiana. Muy buena esta edición de José Luis Ferris en la que podemos encontrar una larga introducción con la vida del poeta y al final un cuadro cronológico que me ha parecido muy útil.
Su actividad como pastor no limitó sus inclinaciones literarias, sino al contrario, pues de su contacto con la naturaleza extrajo una fuente inagotable de experiencias, de léxico y de iconografía, que alimentó la sensualidad y originalidad de sus versos.
A finales de 1931 se trasladó a Madrid y entró en contacto con la vida literaria del momento. Regresó a Orihuela y conoció a Josefina Manresa, su futura mujer.
En 1934 vuelve a Madrid y trabaja con José María de Cossío en la obra Los Toros editada por Espasa Calpe. Traba amistad con Neruda, Alberti, Cernuda y Aleixandre.
En 1935, tras la muerte de su amigo Ramón Sijé, abandona su catolicismo y abraza la causa republicana. Colabora en las Misiones pedagógicas, toma parte activa en la guerra civil y fue nombrado comisario de Cultura.
Terminada la guerra fue arrestado y condenado a muerte. Se le conmutó la pena de muerte por 30 años de prisión, pero murió de tuberculosis en la cárcel de Alicante en 1942.
En su poesía se mezclan los rasgos campesinos con influencias garcilasistas y gongorinas.
Su obra cruza cuatro etapas bien diferenciadas: tras sus primeras composiciones gongorinas y puristas (Perito en lunas), Miguel Hernández avanza hacia la poesía impura, abierta por Neruda y los poetas del 27, para dar expresión al amor y a la crisis vital que lo acompaña (El rayo que no cesa).
A comienzos de la guerra civil, su esperanza en la lucha desplaza su poesía hacia un lenguaje llano, que hunde sus raíces en la canción popular y la lírica tradicional (Viento del pueblo y El hombre acecha).
Pero sus anhelos fracasan y el cansancio asoma en versos amplios y caudalosos en los que alcanza su expresión más madura e íntima, espantado por el espectáculo bélico, herido por la muerte de su hijo y la forzada lejanía de la amada (Cancionero y romancero de ausencias).
Valoración personal: Obra imprescindible para los que les guste la poesía hernandiana. Muy buena esta edición de José Luis Ferris en la que podemos encontrar una larga introducción con la vida del poeta y al final un cuadro cronológico que me ha parecido muy útil.
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