De todos los escritores que han recreado la figura de este personaje, Goethe ha sido quien le ha dado un carácter universal, confiriéndole un profundo valor filosófico y humano. Hace mas de doscientos años que se publicó por primera vez y Fausto sigue siendo un clásico, pues plantea el problema de los límites y el sentido de la acción humana y lo hace bajo la parábola del pacto con el diablo.
La génesis y elaboración de Fausto, la obra cumbre de Goethe, ocupó gran parte de la vida del autor, casi sesenta años. Fue publicado en dos partes: la primera en 1808 y la segunda el año de la muerte del autor, 1832, pero el primer manuscrito del Fausto goethiano se remonta a 1775.
Fausto fue una obra pensada para ser llevada al teatro, pero su representación es complicada por los problemas de escenificación que supone.
También es difícil de leer, sobre todo Fausto II, muy compleja. Está escrita de forma alegórica, con oscuros simbolismos y un gran número de personajes mitológicos que interactúan con otros supuestamente reales. Se compone de cinco actos.
Fausto I es la parte más conocida, leída y representada por ser la más sencilla. Consta de una introducción y de dos prólogos: uno en el teatro y otro en el cielo. Tras ello comienza el acto único, dividido en 25 escenas.
Mi valoración personal es que, a pesar de todas las dificultades de comprensión y de interpretación, es una obra que hay que leer. No hay que agobiarse por intentar entenderlo todo ni nos podemos plantear leerla de un tirón. Creo que es importante dotarse de una buena edición, como la que he leído, de la editorial Cátedra, que aparte de los dos “Faustos”, contiene una introducción de cien páginas que nos sirve para entender mejor esta obra del que es, probablemente el escritor alemán más conocido de todos los tiempos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada