Conocía a Umbral por sus apariciones en los medios de comunicación y la idea que tenia de él era esa imagen de pedantería y de ironía chulesca de la que hacía gala, como dando a entender que estaba por encima de los demás. Pero hasta ahora no había leido ninguna obra suya.
Hay que reconocer que el autor dominaba el lenguaje y la técnica narrativa. He leido el libro entero porque no suelo dejarlos a medias, pero sin demasiado entusiasmo.
En la página 111 dice "No sé de que te hablo, hijo. No sé de qué me hablo". Eso mismo me ha pasado a mí: mientras lo leía me preguntaba ¿pero esto de que va?. No soy crítico literario ni pretendo serlo por lo que no puedo hablar de la calidad literaria de la obra, pero como lector habitual sí sé cuando un libro me gusta o no, y este no me ha gustado. En muchos momentos me ha parecido farragoso, dificil de entender y hasta aburrido.
Seguramente, lo "políticamente correcto" sería hablar de la gran personalidad de Umbral, de su dominio de la prosa poética o de la calidad de su literatura, pero como no se trata de quedar bién, sino de manifestar mi opinión sobre el libro, pues ahí queda: prefiero otro tipo de literatura, aunque siento un gran respeto por quienes opinen lo contrario.
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