Esta novela de José Luis Sampedro se publicó en 1985, pero hasta hace un par de meses no tenía conocimiento de ella. Cuando comenzó a aparecer en la lista de los libros más votados -ver unos posts abajo- pensé que algo debía de tener. Busqué referencias y como eran buenas, me puse a leerla. Ciertamente la novela no defrauda y merece sobradamente el puesto que ocupa.
El protagonista de la obra es Salvatore Roncone, un viejo cascarrabias, tozudo y extraordinariamente apegado a la tierra calabresa -de Calabria, en el sur de Italia- en la que nació. El campesino es trasladado por su hijo Renato a Milán, para ser tratado de un cáncer. En la gran ciudad se encuentra con el choque de dos mundos totalmente opuestos: la vida tradicional del campo, frente a la vida de una ciudad moderna.
Pero allí también está su pequeño nieto Bruno, de trece meses de edad, y se establece una relación muy especial entre el abuelo y el nieto, en quién Salvatore vuelca su ternura y a quién intenta transmitir su amor por la vida que a él, como consecuencia de la enfermedad, se le va escapando. Incluso allí vive una última pasión: un amor que cubre con su luz los últimos momentos de su vida.
Una novela recomendable. Contiene escenas divertidas a la vez que explica una historia tierna y emocionante, pero sin caer en cursilerias ni en sentimentalismos compasivos. El viejo es consciente de la enfermedad y de que le quedan unos pocos meses de vida, pero no hace un drama de ello y más bién se lo toma con sentido del humor y con serenidad.
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