La segunda parte de la serie fue publicada en 1986, dos años después de la primera -ver reseña anterior-. Continúa con la transcripción del diario del oficial de las Fuerza Aérea Norteamericana en el punto en que se quedó en el libro primero.
Hay una larga introducción de 175 páginas en la que, gracias a un micrófono instalado previamente por Jasón, podemos escuchar la grabación del diálogo entre Jesús de Nazaret y los apóstoles en la Última Cena. Aparte de esto, el resto de la introducción que explica la preparación del segundo salto en el tiempo se me ha hecho pesadísima y totalmente prescindible.
Así pues, los dos protagonistas del proyecto Caballo de Troya, -Jasón y Eliseo en nombre clave-, vuelven a retroceder al domingo 9 de abril del año 30, domingo de resurrección y permanecerán en Palestina hasta el domingo siguiente, 16 de abril.
Jasón volverá a tener entrevistas con las personas del entorno de Jesús y con el gobernador Poncio Pilato; presenciará acontecimientos importantes como las apariciones de Jesús a los apóstoles o a Maria Magdalena y podrá cumplir con uno de los objetivos de esta misión: recuperar la Sábana Santa -¿la Síndone de Turín?- que transportará hasta el módulo, la “cuna” , para ser analizada por el ordenador. Después sería devuelta al lugar donde fue encontrada: uno de los principios del proyecto es no interferir en el transcurso de los acontecimientos ni trasladar ningún objeto antiguo al tiempo actual.
Uno de los pasajes que me ha parecido más interesante es la entrevista con María, la madre de Jesús, en la que habla de su vida y la de su marido José -se casaron cuando ella tenia 14 años y él 21-. Desmiente muchas de las afirmaciones que aparecen en los Evangelios y contradice algunos principios básicos de la iglesia católica: Jesús fue concebido como el resto de los humanos, por lo que no es cierto la virginidad de María, que tuvo hasta nueve hijos, -lo cual era bastante habitual entre los judíos de la época- de los cuales Jesús era el primogénito. Jesús no nació el 25 de diciembre sino el 21 de agosto del año “menos 7” y murió el 7 de abril del año 30, por lo que vivió 36 años -le faltaban unos meses para los 37-. Se cuestiona también la visita de los Reyes Magos, que fue bastante diferente a como lo explican los evangelistas.
El libro finaliza de forma enigmática. Se trata de un criptograma con el que el Mayor finaliza esta parte del diario y que se supone que J.J. Benítez debe descifrar para encontrar el resto. El libro tercero arrancará aquí.
Respecto a la veracidad o no de este supuesto diario y del supuesto viaje en el tiempo, sigo manteniendo lo que dije en la reseña del primer libro: soy bastante escéptico y no me lo creo, aunque me gustan estas novelas porque dan una visión diferente de un personaje muy influyente a lo largo de la Historia: Jesús de Nazaret.