Yo confieso es una gran novela. Está escrita en forma de una extensa carta que el protagonista, Adrià Ardèvol escribe a Sara, el gran amor de su vida. Un relato introspectivo que escribe cuando comienza a detectar los primeros síntomas de una enfermedad degenerativa que acabará con su actividad intelectual.
Adrià, nacido en Barcelona en 1946, es un individuo singular: un superdotado que habla diez idiomas, toca el violín, escribe libros eruditos... Pero Adrià es un hombre solitario, poco querido desde su infancia y así lo declara al principio de la novela: "Hasta anoche, andando por las calles mojadas de Vallcarca, no supe que nacer en semejante familia había sido un error imperdonable. De pronto entendí que siempre había estado solo, que nunca había podido contar con mis padres ni con un Dios al que encargar la búsqueda de soluciones...".
Un protagonismo especial tiene un violín del siglo XVIII, un instrumento de valor económico e histórico incalculable que había adquirido el padre de Adrià y que lleva asociada a su existencia una turbia historia de robos y crímenes.
Con estos elementos y una larga lista de personajes, Jaume Cabré hace un recorrido por la historia desde el siglo XIV hasta la actualidad: paseamos por Girona y los monasterios del Pallars de los siglos XIV y XV, por Cremona y París del Siglo XVII, por Vic y Roma en los años de la Primera Guerra Mundial, por la Alemania nazi, la Barcelona de los años 40 y 50 y los primeros años del siglo actual. En este recorrido encontramos las diversas tipologías del mal: intolerancia, totalitarismo, fanatismo, envidia, crueldad, hipocresía,...
Se trata de una obra compleja en la que las diversas historias se entrelazan y se pasa de una a otra o se hacen coincidir personajes de diferentes épocas en un mismo párrafo. Este recurso, que puede despistar al lector, demuestra la genialidad del autor.
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